sábado, 25 de octubre de 2014

Reseña. La probabilidad estadística del amor a primera vista.


Ficha técnica
Autora: Jennifer E. Smith
Editorial: Suma de letras
Nº páginas: 272
Formato: tapa blanda
ISBN: 9788483653159

Sinopsis
¿Desde cuándo son puntuales los aviones a la hora de despegar?Hadley ha llegado cuatro minutos tarde, lo que, bien pensado, no parece mucho; una pausa para la publicidad, el descanso entre dos clases, el tiempo que lleva calentar un plato precocinado en el microondas. Cuatro minutos no son nada.Cierra los ojos solo un instante y, cuando los vuelve a abrir, el avión ha desaparecido.Hoy debería ser uno de los peores días en los diecisiete años de la vida de Hadley Sullivan: ha perdido su vuelo por cuatro minutos y ahora está atrapada en el aeropuerto JFK de Nueva York. Llega tarde a la segunda boda de su padre, que se celebrará en Londres, con una mujer a la que Hadley ni siquiera conoce y que pronto se convertirá en su madrastra. Pero entonces conoce al chico perfecto en la atestada sala de espera del aeropuerto. Su nombre es Oliver, es británico y su asiento es el 18C. El de Hadley, el 18 A.Los caprichos del destino y las casualidades de la vida son el motor de esta conmovedora novela sobre lazos familiares, segundas oportunidades y primeros amores.Desarrollada a lo largo de 24 horas, la historia de Hadley y Oliver nos convence de que el amor verdadero puede aparecer en nuestras vidas cuando menos lo esperamos. 

--------- Reseña completamente libre de spoilers ---------

Bueno, parece que ahora logro sacar un poco de tiempo para el blog ―y menos mal, porque lo tenía al pobre bien abandonado―. El caso es que cuento con muy poco tiempo para escribir, ya que me estoy concentrando enormemente en los estudios (y en ver series), y, además, tengo 3 actividades extraescolares que llenan gran parte de las tardes, así que, más bien, hago lo que puedo.

Vayamos con la reseña.

Leí este libro hace ya unos días, y, aunque no me duró mucho ―por no decir nada, vaya―, me dejó muy buen sabor de boca. Antes que nada, la novela no es para nada empalagosa, y trata de mucho más que el amor, como la familia, las amistades y la suerte.

Es un libro cortito, muy fácil de leer y enormemente entretenido. No es trágico, por si alguno está pensando ya en ello, aunque tiene alguna parte en la que me entró cierto sentimiento de pena.

Pasemos con los personajes. Este tipo de novelas me llama mucho la atención, porque son simples, con una gran trama y pocos, pero muy buenos, personajes. Nuestra protagonista en este caso es Hadley Sullivan, una chica que se esfuerza por seguir adelante incluso en uno de los peores momentos de su vida: se ve obligada a asistir a la segunda boda de su padre, que se celebrará en Londres, con una mujer a la que no conoce. A pesar de todo, se arma de valor y cruza el océano para hacer feliz a su pobre padre, a quien no ve desde hace mucho tiempo y con el que está ligeramente enfadada. ¿Por qué tuvo que dejarlas?

Luego, tenemos a Oliver. Dios mío, ¿por qué no conoceré yo un chico como él? Británico ―con esto ya me tiene en el bote―, encantador y guapísimo. Él también tiene algún asunto familiar que atender en su tierra natal, la cual dejó para estudiar en Nueva York. No obstante, los motivos difieren bastante de los de Hadley, aunque, ¿hasta qué punto?

En tan solo 24 horas ocurren muchas cosas en las vidas de los dos jóvenes, lo que demuestra que solo bastan cuatro minutos para cambiarlo absolutamente todo.

En resumen, una historia encantadora, con un lenguaje sencillo y directo, que atrapa desde el minuto cero. Debo decir que admiro la capacidad de la autora para escribir una historia romántica de lo más real sin resultar empalagosa, porque en todo momento es perfectamente verosímil, lo cual es difícil de conseguir. Además, el mensaje que da tiene mucho que decir: solo hacen falta unos pocos minutos para que tu vida cambie por completo.

¿Os lo habéis leído? ¿Qué os ha parecido? ¿Tenéis ganas? 
¿Creéis en el destino o en la suerte?


miércoles, 8 de octubre de 2014

Reseña: parte II. Ciudad de fuego celestial CON spoilers

-----Reseña CON spoilers-----

Bueno, ni siquiera me molesto en poner la ficha del libro, porque para eso está la entrada anterior. Esta ocasión es muy especial, una reseña para todos aquellos que sobrevivimos a CoHF y necesitamos desahogarnos, porque, en serio, hay cosas que necesito gritar a los cuatro vientos. Ahora, es una saga larga, que ha estado con nosotros durante mucho tiempo ―aunque yo empecé a leerla el año pasado―, y, hablando del último libro… ya me entendéis. Eso sí, lo mismo tenemos que leer desde la tumba los libros que va a sacar Cassie.

Ahora, os explico. Voy a ir por partes, porque el librito tiene mucho que decir (normal, con sus 700 páginas…). Asumiré que todos los que estáis leyendo esto sabéis de qué hablo cuando digo TID, TMI, TDA, etc, así que no daré ninguna explicación extra.

Let the spoilers begin.

Ya desde el prólogo, Cassandra introduce nuevos personajes (bienvenidos al mundo de las muertes, hermanos Blackthorn y compañía) que, en mi opinión, no hacen más que presentar la nueva trilogía de Cassie. Es decir, mero marketing. No es que no me gusten estos pequeñajos (el Ángel sabe que me encanta Ty), pero, si ya van a tener sus propios libros, ¿para qué meterlos en CoHF? Ahora, todos debéis saber ya lo mucho que le gusta a Cassie entrelazar sagas.

Algo que me gustó mucho es la conexión Emma-Clary. No entiendo por qué pasa esto, pero me gusta. Espero, por supuesto, ver la aparición de Clary y Jace en TDA, así como las de Jem y Tessa, quienes, por algún casual, resultan estar también en CoHF ―no es que me queje, pero esto no es más que un puré de sagas―.

En el primer capítulo me encontré con algo que me sorprendió gratamente: Alec y Jace siendo parabatais, por fin. En los anteriores libros, su relación parecía algo seca y difícil, como si no fueran mejores amigos y compañeros del alma. Aunque, por supuesto, después de ver a Jem y a Will, es muy chungo encontrar un brotp tan adorable. No obstante, agradezco enormemente haberlos visto interactuar divertida y espontáneamente, preocupándose por el otro y demostrando que son auténticos parabatai. Y, espero, por el bien de Jace, que Alec tenga su teléfono de vuelta pronto.

Y aquí primera muerte: BOOM. Página 117 y ya hay alguien atravesado por una espada. No llegué a llorar, pero le tenía mucho cariño a Jordan y su muerte me produjo cierta pena, a pesar de que me esperaba su muerte o la de Maia. Eso sí, ¿¡qué mierda tenía que decirle!? Ah, cierto. Página 213. “Iba a cortar con él”. ¿¡QUÉ!? ¿No hay bebé? Bye. (Eh, que os veo. Sé que no soy la única que pensó en un pequeño licántropo). Eso sí, me siento un poco cruel por sentirme aliviada al leer la frase que pronunció Sebastian después: “por cierto, tu novio está muerto”. Cuando la leí en Twitter, pensé que iba a morir uno de los integrantes de Malec, y eso era demasiado para mi corazoncito ―el cual ya estaba bien roto del epílogo del quinto libro―. En fin, gracias por el final feliz, Clare.

Y ya que hablamos de parejas, prosigamos con Izzy y Lord Montgomery. Perdón, Izzy y Simon. Una de mis parejas favoritas, de esas que resultan adorables pero awkward a la vez. Porque, seamos realistas, es bastante divertido ver a los pobres intentando decirse te quiero y definir su relación mientras Alec les interrumpe cada vez que se besan. Pobre Alec también, todo hay que decirlo.

Capítulo 4: vomito de asco. Es decir, ¡PUAJ! No es que me escandalice con el sexo, porque, a ver, algunas escenas tienen lo suyo, pero cuando Clare hizo real el hecho de que la reina seelie iba desnuda… AGH. Me ha quedado un trauma para toda la vida. Pero, en serio, ¿la reina seelie y Sebastian? VOMITO. DE. ASCO.

A mitad del capítulo 9 me entró tal depresión que tuve que dejar de leer un rato. Desde que me enteré de que Jem aparecería en CoHF como su antiguo yo, antes de la plata y la droga, me puse como loca. No es que ame a Jem. Le quiero, pero amaba más a Will, y Jem es adorable, pero… Ñiag. No obstante, cuando habla con Jace soltando indirectas sobre los parabatai y los Herondale… Uff. No pude. Cada vez que mencionan a Will, me entran ganas de llorar, en serio. Porque, admitámoslo, ninguno nos hemos recuperado del epílogo de Princesa Mecánica.

Tengo que mencionar las apariciones de Maia en el libro. Desde que entró en la saga me cayó automáticamente muy bien, pero, en CoHF, por algún motivo, empezó a disminuir mi afecto hacia ella. Empezó, de hecho, desde la muerte de Jordan. Y, aunque luego volvió a caerme bien, no volvió a ser lo mismo. Eso sí, tengo que decir que hay un notable crecimiento de su personaje. Lo único que me molestó fue Bat. Vamos a ver, ¿de dónde diantres has salido, mi amor? Deja a la chica un rato sola, que las mujeres necesitamos gozar de un tiempo de soltería de vez en cuando. Tíos…

Pasemos a la mitad del libro, más o menos, capítulo 14 y la entrada al Infierno. Las visiones de cada uno me rompieron por dentro, absolutamente todas. Pero, por partes. La de Clary me dolió muchísimo; ver a Jonathan con los ojos verdes, jugando con Val… Es demasiado. Además, está el hecho de la boda con Jace, que omg. La de Izzy nos dejó ver el dolor que aún lleva dentro respecto a la muerte de Max y que todavía no ha sido capaz de superarla, algo que me apenó bastante. Pero la de Alec… esa también me dejó un mal sabor de boca. Alec es el mejor personaje de CoHF, en mi opinión. Uno de mis favoritos, y el hecho de conocer su mayor anhelo… En fin. Es solo un chico de 18 años que quiere ser más que “el parabatai de otro” o “el hermano mayor y responsable”, un chico que necesita la aprobación de su padre, al que tanto quiere, y el cual no es capaz de aceptar su sexualidad. Me encanta el desarrollo que tiene Alec a lo largo del libro.

Me salto hasta el capítulo 20 para la Escena; sí, con E mayúscula. Porque, amantes de Clace, todos sabemos de qué parte estoy hablando. Y es que 10 páginas es una bestialidad, pero no nos quejamos. Ahora, dos puntos que no he sido capaz de pasar por alto, a pesar de todo: ¿qué tienen los Herondale con las cuevas? Y, ¿qué demonios se le pasa a Jace por la cabeza para llevar un condón al Infierno? En serio, cada vez que lo pienso me echo a reír de tal manera que no me sorprendería el ser confundida con una llama agonizante. No sé… ¿Quién lleva un condón… AL INFIERNO?  Herondale tenía que ser, por supuesto.


Ya vamos llegando al final… Capítulo 23 y Simon. No veáis cómo sufrí con esta parte. Simon me empezó cayendo bastante mal, como si fuera un simple estorbo, pero se ha ganado mi más sincero respeto, y lo ha culminado con este libro. A partir del 5º libro fue uno de los personajes que más me importaban, pero en este ha subido a ser uno de mis favoritos. Cuando se presentó voluntario para que Asmodeus le quitara la inmortalidad y que Magnus pudiera vivir… Me pareció una buenísima idea. Hasta que le obligan a dejar sus recuerdos atrás también (te odio, padre de Magnus). Me dio muchísima pena tanto por él como por Izzy, quienes tan fuerte habían luchado por su relación para que ahora se viera cortada por la mitad. Además, concuerdo con Isabelle en que es mucho peor que viviera, porque no habría cuerpo que llorar. Ahora, gracias, Clare, por simpatizar un poco con nosotros y darnos un final “feliz”, porque quedó demasiado abierto. Espero saber más de él en TDA.

Una última cosa antes de pasar a las muertes: Jace Herondale. Cómo estaba deseando este momento en el que Jace por fin aceptara su verdadera naturaleza. En serio, casi me pongo a gritar de alegría. Soy consciente de que hay gente a la que no le gusta Jace, pero, aun así, esta es una buena noticia para todos: por fin aclaramos nuestras dudas respecto a su nombre. En serio, ¿le llamamos Wayland, Lightwood, Morgenstern, Herondale? ¿Cómo? Bueno, pues ahora lo hemos confirmado. Además, tenemos esa escena en la que Jace está tocando el piano y Tessa no para de mirarle. “Dile a Jace que toca muy bien el piano”. Y cuando le da el anillo Herondale a Clary para él. En serio, muchos feelings. Espero que Tessa se decida por fin en hablar con él.

Ahora sí, vistámonos de blanco para guardar un minuto de silencio por aquellos que nos han dejado en este libro. En orden: Jordan, Meliorn, Maureen, Raphael, Amatis y Jonathan.

¿Llorera? Tan solo en una. Y, vale, me da igual que os riais, pero lloré a más no poder con la muerte de Jonathan. Si hubiera muerto tal cual, pues bueno, ¿PERO ERA NECESARIO EL DETALLE DE LOS OJOS VERDES? En serio, esa fue la gota que colmó el vaso.

La de Jordan me dio pena cuando Luke le dice a Simon “lo siento Simon, Jordan ha muerto”. Sin embargo, en la escena en la que le matan, me reí (no soy masoquista, lo juro). Me hizo mucha gracia la postura y los comentarios de Sebastian, el cual es uno de mis personajes favoritos ―perdón, era :’(―. No obstante, su muerte me pareció muy precipitada. Sucedió muy rápido y no nos dio tiempo a despedirnos a ninguno.

¿Maureen? La detestaba. Su muerte me produjo un alivio interior que no os podéis ni imaginar. La de Raphael me dolió más que la de Jordan. Me gustaba mucho este personaje, porque, no sé, aunque no aparece mucho, es carismático, y, además, yo le veía como un inocente chico de catorce años ―algo me decía que Raphael no sobrevivía a CoHF, pero conservaba esperanzas de que Clare le salvara― y no podemos olvidar que murió a costa de salvar a Magnus. Amatis me cayó bien al principio, pero al segundo de ser Convertida en Oscurecida empecé a odiarla. A odiarla no, a despreciarla. No la soportaba, y, aunque lo siento por Luke, su muerte fue una especie de liberación.

Algo que me decepcionó mucho sobre el libro es este tema, las muertes. Todos esperábamos un gran derramamiento de sangre, luchas épicas y una batalla final de proporciones incalculables gracias a lo que Cassie publicaba en twitter. No obstante, mera publicidad. El nerviosismo estaba por las nubes para nada.

El epílogo, como he dicho justo arriba, muy feliz para lo que esperaba. No es que no me guste, porque de verdad aprecio el hecho de tener a todos vivitos y coleando. Pero… no sé, muy irreal. Después de todo por lo que han pasado, es imposible que sigan los 6 vivos… Pero aun así, me pareció un gran final. Como he dicho, esperaba más cosas, y la situación daba pie a Casandra para meter muchas cosas que hubieran estado muy bien. No obstante, gran final.

Ahora, queridos amigos, después de desahogarme, volveré a salir al mundo para ver qué está sucediendo mientras espero más libros… O no, no vaya a ser que me contagie de ébola. Mejor me quedo con mis libros ―vale, lo siento si os molesta la broma, pero es llorar o reír, y prefiero la segunda―.

¡Un momento! Creo que os gustaría un recuento de frases que me encantaron de CoHF. Mi libro está lleno de post-its para marcar las mejores partes ―que son bastantes―, así que sacaré algunas y os las pondré abajo.

¡No os olvidéis de comentar y dar vuestra opinión!


“―Oh, Alexander.   ―¿Qué?   ―Eres tan… eres… lo que quiero es besarte.”


“―Shh. Te pondrás bien   ―No, no es cierto. Va a morir.”


“―Por cierto, tu novio está muerto.”


“―Si estás pensando en volver a ser pirata, es una mala idea.   ―No repito mis errores.   ―Tienes razón, los cometes nuevos y peores. No lo hagas, sea lo que sea. No dirijas una revuelta de los licántropos, no hagas nada que pudiera contribuir accidentalmente al apocalipsis y no inicies tu propia línea de cremas corporales y trates de vendérselas a Sephora.   ―Esa última idea tiene mucho mérito.”


“―Ya sabes que no me puede matar una espada.   ―Podría despedazarte. Ver si puedes sobrevivir en pequeños trocitos. O cortarte la cabeza. Quizá no te mate, pero sería divertido verte tratando de encontrarla.”


“―O me lleváis al Hermano Zachariah o puedo ir por ahí llamándolo a gritos hasta que aparezca.   ―No paras de dar problemas, Jace Herondale.   ―Eso dicen.”


“―De nuevo, un Herondale es quien me trae la salvación. Debería haberlo supuesto.” (…)   ―¿Pensaste en mí? ¿Y en si estaba sufriendo?   ―Claro.   ―Los Herondale. Casi lo había olvidado. Ninguna otra familia hace tanto por amor, o siente tanta culpa por ello. No cargues con todo el peso del mundo, Jace. Es demasiado pesado hasta para un Herondale.”


“―Es… ¿el hermano Zachariah? ¿Cuándo se ha puesto tan bueno?”


“―No perdáis la perspectiva.   ―Alec, hace siete años que me conoces. ¿Cuándo he tenido perspectiva?”


“―Siempre que te miro, recuerdo entrar aquí y encontrarte liado con i hermana.   ―¡No sabía nada de eso!   ―Oh, vamos…   ―Simon, te estás sonrojando. Y eres un vampiro y casi nunca te sonrojas, así que eso debe ser de lo más picante. Y raro. ¿Había bicicletas involucradas de algún modo morboso? ¿Aspiradoras? ¿Sombrillas?”


“―¿Qué? ¿Qué te hace gracia?   ―¿Una letal tortuga voladora? Solo tú podías.”


“―La última vez que estabas muriéndote de hambre, te di mi sangre. Quizá fuera un poco homoerótico, pero no tengo ninguna duda sobre mi sexualidad.”


“―Heteros… ¿por qué no pueden controlarse?” 


“―El Hermano Zachariah. ¡Meses de enero a diciembre en el calendario sexy de los Hermanos Silenciosos!   ―¿Hay un calendario sexy de los Hermanos Silenciosos? ¿Y lo venden?”

Bueno, y no pongo más porque me emociono JAJAJA Como veis, me he saltado las partes más… picantes, pero hay una que me gustaría resaltar.

En el prólogo, hay una escena en la que Jace y Clary están “ocupados” cuando llega Magnus y dice: “interesante”. El caso es que esto me hace viajar a esa época en Princesa Mecánica en la que Will y Tessa fueron sorprendidos por un brujo en particular que pronunció las mismas palabras… ¿verdad?

Y ahora sí, ¡hasta otra!



domingo, 5 de octubre de 2014

Reseña. Cazadores de sombras 6: Ciudad de fuego celestial.

Ficha técnica
Tapa dura: 752 páginas
Editor: Margaret K. Mcelderry Books (27 de mayo de 2014)
Colección: Mortal Instruments
Idioma: Inglés
ISBN-10: 1442416890
ISBN-13: 978-1442416895

Sinopsis
La oscuridad vuelve al mundo de los Cazadores de Sombras. Mientras su sociedad se está derrumbando a su alrededor, Clary, Jace, Simón y sus amigos deben unirse para luchar con el mayor mal que los Nefilim nunca han enfrentado: El hermano de Clary. Nada en el mundo puede derrotarlo - ¿deben viajar a otro mundo para encontrar la oportunidad? Vidas van a perderse, sacrificios de amor, y el mundo entero cambiará en el sexto y último libro de la saga Cazadores de Sombras.

Reseña
Al fin he conseguido terminar de leer el tan esperado desenlace de una de mis sagas favoritas. Después de un par de días en los que el vacío de mi estómago se ha ido asentando, por fin he conseguido escribir una reseña ―la primera que hago, de hecho, así que no seáis muy duros―.

Así que, vayamos por partes. Si no os habéis leído los cinco primeros libros, os aconsejo no seguir con la entrada. La reseña no contiene spoilers de CoHF, pero sí de las anteriores entregas.

Lo primero de lo que quiero hablar, es lo que las fangirls conocemos como feelings, esa opresión en el pecho, los sollozos cuando pasa algo realmente emocionante… Esa ola de sentimientos que tanto odiamos pero que no podemos evitar ―yo tampoco es que la odie, la verdad es que disfruto dejándome la voz fangirleando en el patio―. El caso es que los feelings con este libro son muy, muy traicioneros. Es decir, ¡estamos hablando de CoHF! Ese libro que tanto temíamos todos, el que nos provocaba sentimientos encontrados incluso antes de leerlo. Pues deja mal sabor de boca, ya os lo digo. Es un libro muy… agridulce. El hecho de terminarlo me dejó mirando al techo como una idiota durante siete minutos.

Cazadores de sombras es una saga que, personalmente, me gusta mucho. El universo completamente fantástico que ha creado Cassandra Clare es simplemente alucinante. Todo cuadra, todo tiene un perfecto orden, y no hay ninguna pieza que falte en el rompecabezas. Aunque, ojo, quizá eso no sea tan bueno.

Los libros de Clare pueden llegar a ser infumables en algunos momentos. Hay muchas escenas de relleno en las que no pasa nada relevante para la trama principal o que afecte directamente a los personajes, aunque, claro, la autora los intenta hacer un poco amenos con el humor sarcástico que tanto nos gusta a todos. No obstante, no siempre lo consigue.

Hablando de personajes, lo de siempre. Clary vuelve con su habilidad especial y su amor incondicional por Jace, aunque sí me pareció un detalle el hecho de que volviera a dibujar, cosa que no hacía desde el descubrimiento de su verdadero origen. Jace… bueno, Jace es un Herondale. Alec continúa con el dilema con el que le dejamos al final del quinto libro. Isabelle y Simon siguen con su tira y afloja… Y Magnus aporta un poco de brillo a la cosa... literalmente.

Eso sí, Cassandra Clare bien se saca personajes de la manga, que no tienen gran importancia. Nos llena de personajes secundarios bastante planos, cosa que no me gusta bastante. Yo, personalmente, prefiero pocos personajes a los que conozcamos bien, que muchos que no hacen más que rellenar espacio.

El villano… Bueno, qué puedo decir, amo a Sebastian. Aunque, sí que es verdad, que Valentine era mucho más malo. Lo demostraba y tenía las agallas necesarias. Sin embargo, y a pesar de todo, me encanta la personalidad de Sebastian.

Y ahora, las muertes. Tranquilos, no diré nada. Ahora, me esperaba un libro mucho más sangriento. Nos metieron mucho miedo por twitter con los snippets, pero la mayoría eran una treta: los pusieron de manera que los malinterpretáramos para ganar publicidad. Luego están los que son una completa mentira, así que no os creáis todo lo que dijo Cassie por twitter.

Y, finalmente, el epílogo. Morí con él, lo amé, pero me dejó muy mal sabor de boca. Sinceramente, me esperaba mucho más, y hubo cosas con las que Cassie podría haber rematado muy bien el libro, pero no lo hizo.

Así que, conclusión: el libro me encantó, pero me llevé una profunda decepción.

Valoración: 4.5/5

PD.: Probablemente suba una reseña con spoilers para los que SÍ han leído el libro. Necesito desahogarme.

QOTD: ¿Os lo habéis leído? ¿Estáis de acuerdo conmigo? ¿Qué os pareció?

¡Hasta otra!

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