Hoy os traigo la reseña de un libro que me leí mientras estaba en la playa: Will Grayson, Will Grayson, de John Green y David Levithan. Yo leí la versión inglesa, pero pondré los datos de la edición española.
Ficha técnica
Autor/a: John Green & David Levithan
Saga/Trilogía: No.
Editorial: Nube de tinta
Nº páginas: 336
ISBN: 9788415594482
Autor/a: John Green & David Levithan
Saga/Trilogía: No.
Editorial: Nube de tinta
Nº páginas: 336
ISBN: 9788415594482
Encuadernación: tapa blanda con solapas
Sinopsis
Sinopsis
Will Grayson tiene dos reglas en la vida: guardar silencio y
no implicarse en nada. Sin embargo, su mejor amigo, Tiny Cooper, está decidido
a buscarle novia y a montar su musical autobiográfico: Tiny Dancer.
Muy cerca de él hay otro Will Grayson: un chico melancólico
que no tiene nada bueno a lo que agarrarse. Lo único que hace que su vida
merezca la pena es su relación online con Isaac, al que nunca
ha visto en persona.
Una fría noche de invierno, los dos Will Grayson se cruzarán
en una esquina cualquiera de Chicago. Por suerte para ambos, Tiny está decidido
a empujarlos hacia la felicidad, el amor y, por supuesto, el musical más
fabuloso jamás representado en un instituto.
-------------------Reseña totalmente libre de spoilers-------------------
Reseña
Sé de gente que piensa
que este libro es un poco muermo, y, aunque es verdad que la trama no empieza
hasta pasadas las cien páginas, yo lo he devorado en apenas un día, incluso
habiéndolo leído en inglés.
No es un secreto que
soy muy fan de John Green ―este, de hecho, era el último libro suyo que me
quedaba por leer―, y esta novela no ha hecho más que confirmarlo. Debo decir,
también, que nunca había leído a David Levithan, pero no dudéis de que repetiré.
La edición que leí yo |
Ahora, la trama es
sencilla, como en muchos de los libros de John. Se entiende fácilmente y no es
para nada enrevesada: dos chicos con el mismo nombre se encuentran por
coincidencia y, a partir de ahí, sus vidas cambian. Os prometo que no hay
dragones, demonios o sombrillas involucradas en la historia.
Pero entonces, ¿qué es
lo que hace que la novela sea tan… especial? Todos los que habéis leído a John
Green ―y no me refiero a solo TFiOS― lo sabéis: los personajes.
Ese es el truco de
John, y, la verdad, funciona de maravilla.
Coges un escenario de
lo más normal, como, por ejemplo, la ciudad de Chicago ―igual que como está
ahora, no al estilo Veronica Roth― y en él introduces unos personajes
extravagantes, redondos y maravillosamente bien perfilados. Y voilá.
Vayamos con Will Grayson (el primero, el de
John). Vive en una casa normal con sus padres, que son doctores y perfectamente
normales, y va a un colegio que también es normal. ¿Qué “falla”? Su mejor
amigo: Tiny Cooper. Obviamente, esto es un eufemismo, porque Tiny ―pequeño en
inglés― es del tamaño de una casa. Y, además, es gay. Will se ve arrastrado a
todas partes por Tiny, y poco a poco va comprendiendo que, tal vez, su relación
no sea como Will había pensado al principio. Pero no puedo decir nada más,
porque esto es una reseña libre de spoilers, así que tendréis que conformaros
con que la relación Tiny―Will (original) es una de las cosas que más me gustan
del libro.
Por otra parte está
Jane, amiga de Tiny, y que este intenta emparejar con Will. La relación
Jane―Will también me ha encantado, sobre todo por el hecho de que John la
intenta explicar utilizando la física. Es decir, usa la paradoja de Schrödinger
(si alguien no la entiende, que me lo haga saber, y yo se lo intento explicar;
me costó un rato, pero finalmente conseguí pillarlo) para desarrollar los
sentimientos encontrados de Will hacia Jane.
Y esto es todo, más o
menos, por parte de John. Ahora, el Will de David Levithan es muy diferente de
su tocayo. Es hosco, introvertido y está sumido en una depresión, por lo que
tiene que tomar pastillas todos los días. No tiene amigos, aparte de Maura ―con
quien no hace más que discutir, y a la que casi no soporta― y Isaac, un chico
que ha conocido por internet. Porque sí, él también es gay.
Me gustó mucho este
personaje porque, según explica el propio David, está a medias. Ni acaba de
descubrir su depresión, ni acaba de salir de ella. Simplemente la soporta. Hace
mucho que descubrió que es gay, y aunque no le importa que le gente lo sepa, se
lo queda para sí porque es su asunto, y de nadie más. Además, su carácter
difícil lo hace una persona intrigante.
Y no solo eso: David
no escribe a la manera tradicional. No usa mayúsculas, y los diálogos están en
forma de conversación por internet, en lugar de entre comillas, o guiones en
español. David dijo que esto se debía a que le daba un aspecto más realista al
personaje: pasa de todo, incluso de redactar como es debido. Al principio
resulta desconcertante, pero según avanzas con la novela te acostumbras, hasta
que ya ni siquiera lo notas.
Otro aspecto que me
encantó del libro es el musical de Tiny. No puedo decir mucho sin hacer
spoilers, pero mencionaré que me pareció una genialidad incluir eso en la
novela, y sobre todo inventar las canciones, cosa que, personalmente, me parece
bastante difícil. Creo que hay un libro solo con el musical, pero, según me ha
dicho un pajarito, es muy caro (18$).
Ya solo me queda
rematar la reseña con un par de cosas: una, el final, que es muy digno de John
Green y, supongo, David Levithan (porque es él quien remata la novela, empezada
por John). Es extremadamente difícil acabar bien una novela, y creo que ellos
lo hacen perfectamente.
Y la segunda, es
simplemente una curiosidad. En la versión inglesa que me he leído y que
amablemente me ha dejado una amiga, viene al final una conversación entre los
dos autores sobre el libro. En ella John le pregunta a David cómo se le ocurrió
la idea para la novela, y esto es lo que él contesta, traducido textualmente
(siento cualquier error que pueda cometer):
“La idea de escribir un libro sobre dos chicos que se llamaran igual
vino del hecho de que uno de mis mejores amigos se llama David Leventhal. No es
el mismo nombre, pero muy parecido. Los dos fuimos a Brown y nos confundían con
el otro un montón. No solo en formas habituales (llamadas de teléfono e e-mails
equivocados) sino también en formas incómodas, de las que te podrías reír. Por
ejemplo, David Leventhal es un bailarín excepcional; yo, David Levithan, no.
Así que algunas personas se acercaban a mí diciendo cosas como: “te vi en el
escenario anoche. Pareces una persona torpe, pero cuando bailas no lo eres en
absoluto.” Y yo tenía que responder: “no era yo el que estaba en el escenario
anoche”. Era como si mi álter ego estuviese caminando por el campus; y, al
final, antes de que me graduara, llamé a David Leventhal y nos conocimos y nos
convertimos en grandes amigos. No diría que nuestro libro es “Cómo querer a tu
álter ego”, sino que es acerca de cómo una persona puede desbloquear ―muchas
veces sin querer― el potencial de tu personalidad. ¡Ah! Y lo más curioso (que
muchas veces olvido) es que uno de los compañeros de habitación y mejores
amigos de David Leventhal en la universidad se llamaba… Jon Green.”
En definitiva, es un libro con una trama sencilla y personajes redondos y muy bien perfilados. Te hace pensar y reír, y está, como de costumbre, lleno de frases sobre la vida con las que es muy fácil sentirse identificado. Una lectura perfecta para el verano, a la que no le falta nada, ni siquiera un toque de música.
¿Quieres leer este libro, pero no lo encuentras? Aquí te dejo un enlace a la entrada del blog La estantería del lector, donde encontrarás un link para descargar el pdf: descarga.
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¿Y vosotros? ¿Lo habéis leído? Si es así, ¿qué os parece? Si no, ¿pensáis hacerlo?